domingo, 7 de junio de 2015

viernes, 12 de abril de 2013

Adonay y el Tao


El Dios que enfocan los judíos y el Tao que yo percibo tienen grandes cosas en común.  He dicho que el Tao es el Espíritu Supremo Rector del Universo que tiende siempre al punto medio y favorece la justicia.  Pues bien, los salmistas judíos tienen escrito en la Biblia: “La justicia y la equidad son la base de tu trono”, se refieren a las cualidades del Supremo.  Dos gotas de agua.

Sobre el pacto en un principio me pareció imposible, pero luego lo veo accesible, trabajar por la justicia y la equidad hace posible un pacto con el Supremo.

sábado, 23 de febrero de 2013

El efecto de Edipo


Sigo al Maestro Lao Tse y su libro Tao Te Ching me parece muy claro.  He escrito comentarios sobre sus pensamientos.  Uno de ellos muy simple: “El que sabe no habla, el que habla no sabe”  Esto lo explico con la existencia del efecto de Edipo.   Cuenta la historia trágica que los reyes de una poderosa comarca, padres de Edipo, consultaron el oráculo al nacimiento de éste.  La pitonisa habló y señaló el destino del niño: matará a su padre y se casará con su madre.  Los padres de Edipo para evitar el destino trataron de desaparecer al niño pero el ejecutor de la orden no tuvo valor para matarlo y casualmente pasó una doncella por el camino a la que regaló el niño.   La doncella resultó ser la nueva reina de país vecino que no tuvo hijos y que crió Edipo como hijo suyo.  Edipo llegó a ser rey del país rival de sus padres biológicos y muchacho impetuoso se fue a la guerra, mató a su padre biológico y de acuerdo a las leyes del reino desposó a la viuda, su madre biológica.   Es decir se produjo el efecto de Edipo, la vidente al hacer extensiva, al hablar, disparó los mecanismos para que se haga realidad la profecía.   Esto es el problema de quienes a veces el Espíritu Supremo nos permite ver el destino, si hablamos podemos desatar el efecto de Edipo, si callamos la misericordia divina puede hacer que solo sea una tonta visión.

 

jueves, 14 de febrero de 2013

La sabiduría de Lao Tse


Para entender a Lao Tse se debe haber ocupado un cargo público con decisión de vidas y haciendas.  Entonces se comprenderá la gran verdad: hay un Espíritu Supremo que tiende al punto medio y favorece la justicia. El Maestro lo llamó Tao. Es el punto de equilibrio eterno que se mueve por las obras de los seres, pero que siempre se desplaza al punto medio.  El problema radica que cuando se desplaza, arrasa.  Esta es una realidad constante, por encima de los cambios, por ello el Maestro dice: “Conocer la armonía es percibir la permanencia; conocer la permanencia es percibir la iluminación”.  Entonces al saber que todo vuelve al punto medio, gobernar es buscar la armonía, armonizar fuerzas.  “El mundo es un vaso sagrado que no puede ser rectificado, tratar de cambiarlo es arruinarlo, intentar sujetarle es perderlo”, dice el Maestro, esto se refiere que el punto medio siempre se manifiesta y que todo desbalance es siempre momentáneo.  Por eso dice que si quieres que algo caiga, ayúdalo a subir.  La armonía es el ideal, porque si se logra el balance adecuado los demonios se alejan y la vida se hace amable.  Esto requiere sacrificios y la sociedad actual debería optar por medidas para controlar la población.  El desbalance poblacional rompe los aparatos productivos, aparece la delincuencia, la revolución y la guerra.  La justicia social no es más que acomodos que conducen al punto medio, pero las más de las veces solo produce cambio de elites.  En definitiva Lao Tse sabía que siempre existe un punto medio eterno y poderoso y por ello dijo: Se puede amar al pueblo y gobernarlo sin otra pretensión.  Es decir buscando siempre la armonización de fuerzas, que en definitiva es lo único que puede hacer el gobernante.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Wu Wei


En el taoísmo hay un arte llamado Wu Wei, es la celebre inacción del maestro Lao Tse.  Esto es la habilidad de lograr resultados sin recurrir a la acción.  Es algo de magia, el enseñar sin discurso, mover voluntades con la sola presencia.  Los chinos le dan mucha importancia e inclusive creen que Lao Tse, el principal Maestro del taoísmo que vivió en épocas feudales de la China antigua,   realizó algo prodigioso en su viaje de retiro a las montañas.  No voy a refutarles, pero mis años de meditación y experiencia en el Tao me permiten decir que las acciones y palabras de los seres mueven el destino, el Tao va cortando los desafueros y eliminando los excesos.  Los hombres sabios de todas las corrientes humanas trabajan por el punto medio, por que el sino del Tao es el punto medio y la justicia.  Wu Wei puede funcionar pero solo en el sentido del Tao, contra el Tao es encontrar la ruina.  Creo que hay mucho de misterio en el viaje de Lao Tse cuando se retiró de su empleo de consejero real, pero históricamente no creo encontrar en la antigua China asuntos portentosos que no sean la difusión del Tao Te Ching, el libro escrito para el guardia fronterizo Yin Si y que es una oda a la sencillez, la justicia y el punto medio.  Históricamente no se advierten cambios en China solo con el Wu Wei del Maestro, claro que las guerras feudales fueron paulatinamente absorbidas por una dinastía fuerte que unificó China, pero no hay una relación entre el primer emperador y Lao Tse.  Para los chinos el Maestro era inmortal, pero bajo la óptica de un taoísmo moderno vemos que eso es alcanzable y va contra natura, es decir contrario a la sencillez y culto a lo natural que destilan sus palabras en el Tao Te Ching y que muchos estudiosos sintetizan en el mandato de:  no obrar contra la naturaleza.  Es decir no hay constancia histórica que el Wu Wei del Maestro transformara materialmente el panorama de China.

De lo que siento el Wu Wei solo puede operar en la dirección de Tao, esto es en dirección del punto medio y la justicia.  En concentraciones altas de negatividad es mejor renunciar al Wu Wei y ponerse a buen recaudo.

Pero claro nunca podemos decir la última palabra, y sí hay frases inalcanzables en el Tao Te Ching, y la vida misma es un misterio.

viernes, 30 de marzo de 2012

Sintesis de la Novela Escape por Julia M. Blanco

“El estilo de Fernando Moreno Almeida es el de un joven que escribe sobre jóvenes y para jóvenes. Surge de su técnica, que se aparta de lo tradicional. Toma los elementos literarios a su antojo, como hombre de su ciclo vital, que quiere innovar, que se apresta a desechar lo establecido, que emplea propias concepciones de cómo deben hacerse las cosas y decirlas. Despierta el afán de leer, con curiosidad, con sorpresa, con asombro, todo ello con una especia de satisfacción del lector de que está asistiendo al espectáculo que ofrece un conjunto de almas, ambiente, circunstancias, capaces de determinar el rumbo de algunas existencias, como la de los jóvenes que protagonizan los sucesos que ellos constituyen en su forma habitual de existir. Arbitrario puede ser el modo literario de Moreno Almeida, pero es potente, de fuerza dinámica, de estilo propio en extremo.

“Así escribe Fernando Moreno Almeida:

LA CIUDAD.- La vida quieta parece eterna; las montañas tristemente se obscurecen y aclaran en la cadencia de los días. La ciudad, hermosilla, recostada en una planicie, sonría al sol que nunca se cansa de alumbrar durante el día. En las noches de luna prieta, pálida y dulce, los amores son la única vida latente de un algo muerto. La ciudad tiene calles, tiene parques, es clarita y reluciente, tiene colegios y escuelas, municipio y biblioteca, iglesias y conventos, curas, religiosas, beatas, jovencitos, sastres y hasta turistas. En la ciudad existe una calle, es apenas una cuadra, donde los negocios abundan redundando y los letreros deslumbran. En lo largo de esa cuadra se pasean las muchachas, mientras en las esquinas las aguardan los muchachos. En esa esquina, la de todos los días, esperan perezosamente, el paso del tiempo. Pero, ¿para qué el tiempo si todo es aquí estático, SIN TIEMPO?

Ya tenemos pintado, exactamente descrito, un ambiente, que es el factor esencial origen de la novela. Por ser ese ambiente como es, se produce la novela.

Moreno Almeida continúa:

“En un colegio: “¡Este ritmo de vida debe terminar, señores alumnos! No es posible seguir así. Hay una ola de indisciplina que no se puede tolerar de ningún modo. ¡Qué juventud! Sólo para dárselas de enamorados, para eso si son buenos. Pero: ¡Véanle al flacucho inservible de Jaime; para eso sí es bueno el vago ese, para dárselas de enamorado...”

¿Por qué la insistencia de Moreno Almeida en que los jóvenes sienten el amor? El mismo autor responde:

“La vida, como yo creo debe ser, es un compromiso, es una entrega de todas tus energías a una causa, a un pueblo. Vivir simplemente para contar la cadencia de los días en los atardeceres, no es vivir...”

El que así habla es Wilson.

Wilson es el joven a quien sofoca la inercia de la ciudad.

El autor lo describe así: “Wilson, cabellos largos despeinados, barbas tímidas que aparecen desamparadas en las grandes llanuras del rostro, mejillas coloraditas, ojos taciturnos, frente despejada oculta sólo por el cabello, cuerpo largo cargado de pesar, alma nublada que busca el despertar. Ese es Wilson, el hombre descubridor, la puerta pronta a franquearse hacia una nueva experiencia humana.”

Wilson ama entrañablemente a Jimena.

Diálogo de los jóvenes:

-¿Qué has hecho, Carlos?

-Nada, ¿ y tu?

-Nada. Vivir.

-De que hablabas con tus amigas, Anita?

-De nada.

-Amigo Carlos, ¿qué ha sido de ti?

-De mí, hombre nada

Voz de Wilson, en otro momento:

-A veces encuentro vacía mi existencia. A veces no tengo deseos de vivir...

- ¿Por qué dices esas cosas, Wilson?

-Por que es asì, ¿no te das cuenta de lo superficial que es todo este mundo en que vivimos? ¿No te parece cansado eso de hablar de hechos y gentes conocidas? ... y lo peor es que esas gentes no son claves en la historia y los hechos no son históricos... los hechos y las gentes de aquí que son la comidilla de los días son simples, estúpidos, actores baratos de una comedia mediocre.”

En una esquina, un grupo de jóvenes se ocupa de Wilson:

- Allì viene Wilson.

- Sí, el muy imbècil.

LAS FIESTAS.- Las fiestas son parte de la vida de la ciudad: sin ellas esto no sería esto. Hay fiestas para los de pueblo- pueblo, esto es, para los de poncho, a saber: de la Virgen Santísima, de la Virgen Pura, del Niño, del pase del Niño, y demás. Para los cholitos, y los medio blancos: de la fundación tal, de la batalla cual, de la cantonizaciòn, de la erección provincial. Para los blanco-blancos, que en muchos caso no son tales y para los mestizos, o sea a la burguesía dominante y la burguesía aislada, hay fiestas si es posible cada ocho días. Fiestas, ¡Oh las fiestas ¡ Pero falta sumar las fogatas de los colegios, de los barrios, de las reinas, de los sindicatos, de las instituciones, uff!

Diàlogo:

-¿Qué ha sido de ti linda Jimena?

Sonríe satisfecha la cara de mujer.

-De mi nada.

- A veces me parece que los de aquí si viajaran por el mar, si se hundiera el barco, no tendrían problema, porque... ¿nada, nada y nada llegarían a la costa!

- ¡Tú si que eres! Por Dios Wilson no seas asì.

- Tienes razón, discúlpame. No es que yo no estime a mi gente, sino que espero mas de ella, anhelo que descubra la realidad y se ponga a trabajar por un mundo mejor”

- Tu siempre soñador.

- No, no son sueños; son necesidades. Necesidades de nuestra época, de nuestro mundo, de nuestro país. No podemos permanecer con los ojos cerrados. Tenemos que responder de alguna forma al llamado de los tiempos”

Mientras todos los amigos de Wilson dedican su juventud a la diversión, desperdician sus energías formando grupos en las esquinas para hablar de las mismas cosas, de sus enamoramientos, de sus travesuras, sus mañas, sus andanzas nocturnas. Son Jóvenes estudiantes, mantenidos por los padres, los que se dejan formar con el dinero y los desvelos maternos. Son jóvenes de sociedad, de la dorada, de los que deben su insolencia y su abulia a su clase.

Los días pasan. Días iguales. Siempre iguales.

Wilson va al Barrio Empedrado. Se encuentra con Manuel.

- Hola, Wilson, ¿cómo así por aquí?

- Hola. Tengo una inquietud.

- ¿Cuál...?

- Quisiera formar un grupo, un club ...¿Podrías ayudarme?

- ¿Qué clase de ayuda podría darte?

- No sé. Quizá consiguiendo gente.

- ¿Para qué quieres el club?

- Aún no tengo una idea precisa, pero serà un club cultural, serà una luz en las tinieblas, un norte en esta brújula sin sentido.

- No serà fácil. A muy pocos, casi a nadie interesa la cultura.

- Hagamos un programa en la radio.

- En la IRC. Tiene mayor sintonía.

Días después:

- ¿Escucharon el programa de Wilson?

- ¿Qué vamos a escuchar pavadas?

- ¡Tú tampoco!

- ¿Qué tal estuvo?

- Me agradaron algunas cosas. Pero dice muchas tonteras. Por ejemplo: que no deberíamos estar parados en la esquina, que debemos preocuparnos de los demás, que el mundo está cambiando, ¿qué sé yo?

- Si soltó semejante cantidad de tonterías ¿qué cosa pudo agradarte?

- La música. Lástima que la problematice...

- ¿Qué, qué..

- Ven problemas en la música, reflejos de una realidad, desesperación de una juventud conciente, dicen. Ríen todos.

Otro comentario:

- Muy inteligente tu sobrino Wilson, Ángel.

- Lo que estos guambras de ahora no se preocupan más que de las enamoradas! A pesar de que he oído que ciertos jovencitos están fumando marihuana. El trago, como quiera.

Un encuentro con Wilson:

- Hola, cómo te va. ¿Quieres ponerte en onda mi loco ¿

- ¿Desde cuando fumas? ¿Fuman todos?

- No sé pues. La nota (la marihuana) vino de pronto, por el aire. Es la moda, la época.

- Lástima que solo lo negativo te interese.

En el campo hay senderos para mulas y peones; pero para los camiones que son vida existen únicamente: caminos viejos, angostos, estrechos, puentes de madera, precipicios, jornadas largas, cuestas empinadas. O simplemente, no existen caminos. Los colonos de la zona dorada no pueden sacar sus productos al mercado. Faltan caminos.

En la ciudad hay gran animación. Un señor que tiene una agencia de automóviles ha ideado una forma de vender más. Se construirá con dinero del pueblo un autódromo. Impulsando el entusiasmo juvenil está Juan, el hijo del comerciante, joven educado fuera de la ciudad, habla inglés y es deportista del volante, alocado corredor de autos.

En la inauguración de la autopista queda este residuo:

- Queremos verlos.

- ¿A quienes?

- A Manolo, Pedrito y Luis.

- ¿Quiénes son esos?

- Nuestros hijos.

- Ah, los muertos.

El diálogo se desarrolló en el hospital. Los niños fueron victimas del acontecimiento deportivo que enloqueció de gusto a la ciudad. Eran niños indígenas encaramados en un árbol contra el que chocó un carro.

El tío Ángel regala a Wilson una motocicleta que hacia tiempo estaba en un taller de reparación.

Juan, el deportista agringado, le ha enamorado a Jimena, la novia de Wilson. Está deslumbrada por su elegancia, su desfachatez con las muchachas, que ella cree que es distinción. Después de Jimena enamora a otras chicas de la ciudad, que le corresponden con pasión. Se aleja de la ciudad. Vuelve después de terminar ciertos estudios.

Wilson con su motocicleta calle arriba. Juan con sus amigos, BMW, calle abajo,

- ¿Qué veo? Es Juan ha llegado. (Quizá teme porque él ha reanudado sus amores con Jimena) Pasan muy próximos los dos vehículos. Wilson hace un gesto, saluda. Juan parece no fijarse.

Son las 3:25 de la madrugada. Golpecitos en la ventana de Jimena, golpecillos en los cristales.

- ¿Wilson! ¿Qué pasó?

- Juan ha muerto. Ocurrió un accidente, él intentó cerrarme el paso, nos salimos de la carretera, tuve suerte, ves, pocos rasguños, pero Juan... se fue al abismo, con sus dos amigos. Tenemos que irnos, Jimena.

- ¿Adónde?

- No sé, pero no es posible quedarse. Mañana se sabrá del accidente, quizá me culpen a mí. Tenemos que irnos. Ya no soporto esta vida, debe existir otro lugar, algún lugar.

Se dispones a huir. En la moto, Jimena abrazada a Wilson. Antes le dijo: ...”Ahora te comprendo Wilson, mi pobre Wilson”

Huyen

En la carretera al dar vuelta a un recodo aparece a lo lejos un puesto de control.

- ¡Hemos llegado, prepárate!

Los dos corazones palpitan al unísono, el acelerador se hunde, una marcha mas fuerte da nuevo brío al motor. Un bólido se viene sobre los guardias que atónitos miran la moto que avanza con velocidad redoblada. Tienen cerrado el paso, reglamentariamente. Pero, junto a la caseta se abre un estrecho sendero. Por allí escapan.

Tiemblan los dos cuerpos sobre el monstruo de hierro y goma.

La furiosa escapada rozó la muerte. Aún estaban expuestos a que los guardias del carretero dispararan sobre ellos, indignados al verse burlados en su obligación de permitir o negar la entrada o salida de la ciudad levantando el madero que hace de tranca para controlar el tránsito.

Wilson, acompañado de Jimena escapaban. Huían, ahora de la confabulación que harían las autoridades lugareñas y el poderoso dinero del padre de Juan, que le echaría la culpa por la muerte de su hijo, embriagado de insolencia y velocidad, borracho en el instante del desastre.

Escapaba de la estrechez mental de la sociedad que no quería ocuparse de la cultura ni iniciar formas de remediar los desperfectos sociales que afectan a la población, porque viven con holgura como terratenientes, prósperos comerciantes, burócratas y profesionales con clientela asegurada. Su programa radial le diò la medida de la imposibilidad de dar salida a sus impulsos de trabajar por el bien colectivo.

El escape es una actitud tendida en dos direcciones. Una, señalando la inercia de la sociedad, pero, en la que su juventud sabe asociarse a las turbulencias del día entregándose a las drogas, además de su afición al alcohol, generalizada diversión de adultos. En los colegios es despectiva por el morboso empeño de no someterse a disciplina alguna. La otra dirección es la que le hace escapar en busca de un clima màs apropiado a sus necesidades mentales.

Es una novela valiente. Critica enfáticamente a miles de gentes que le han inspirado. Obra de juventud para la Juventud.”

Universidad de Columbia, Nueva York, domingo 28 de septiembre de 1975, en el Foreign Student Center

sábado, 31 de diciembre de 2011

Caminamos

Soy un místico que he unido la adoración al Dios Único que puede castigarnos en cualquier momento, actitud de los judíos ortodoxos, con el casi ateismo de Lao Tse cuya fórmula para arribar al Tao, ese Espíritu Infinito que se asemeja al Dios de los judíos, es el vacío perfecto.

Si concluimos que Dios es uno solo, por cualquier camino llegaremos a El, pero mi formula quizá abre una perspectiva de realismo y redescubrimiento de lo que es el Señor.

Esta fórmula une las visiones de Lao Tse sobre el Tao, con las duras pruebas del pueblo judío en su búsqueda de una vida mejor. Quizá existe un punto medio que pueda beneficiar a todos.