Sigo al Maestro Lao Tse y su
libro Tao Te Ching me parece muy claro.
He escrito comentarios sobre sus pensamientos. Uno de ellos muy simple: “El que sabe no
habla, el que habla no sabe” Esto lo
explico con la existencia del efecto de Edipo.
Cuenta la historia trágica que los reyes de una poderosa comarca, padres
de Edipo, consultaron el oráculo al nacimiento de éste. La pitonisa habló y señaló el destino del
niño: matará a su padre y se casará con su madre. Los padres de Edipo para evitar el destino
trataron de desaparecer al niño pero el ejecutor de la orden no tuvo valor para
matarlo y casualmente pasó una doncella por el camino a la que regaló el
niño. La doncella resultó ser la nueva
reina de país vecino que no tuvo hijos y que crió Edipo como hijo suyo. Edipo llegó a ser rey del país rival de sus
padres biológicos y muchacho impetuoso se fue a la guerra, mató a su padre
biológico y de acuerdo a las leyes del reino desposó a la viuda, su madre
biológica. Es decir se produjo el
efecto de Edipo, la vidente al hacer extensiva, al hablar, disparó los
mecanismos para que se haga realidad la profecía. Esto es el problema de quienes a veces el Espíritu
Supremo nos permite ver el destino, si hablamos podemos desatar el efecto de
Edipo, si callamos la misericordia divina puede hacer que solo sea una tonta
visión.
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